Dada la inseguridad social de las calles, muchas veces se opta por poner un cerco eléctrico o alambrado de protección, en establecimientos comerciales y en algunas viviendas; para cuidar la familia o negocio y evitar robos.
Igual de silencioso y astuto, se mueve en forma muy oculta, un mayor riesgo para las familias, esto es en lo espiritual, costumbres y principios, que en el tiempo actual, buscan seducir a los jóvenes, adolescentes y aún a niños con mensajes sutiles y muchos disfrazados de inocencia, distracciones, moda, a lo cual las nuevas generaciones ingresan, descubren, conocen y se vuelven usuarios de estos, llevándolos muchas veces a cierta adicción que los hará dependientes de lo que el mundo quiere hacer en ellos, como es apartarlos de los valores, principios y respeto del Hogar.
Los padres debemos de estar velando lo que nuestros hijos ven o hacen en las redes sociales e internet; nosotros debemos “INSTALAR” un cerco de seguridad en nuestra familia, a través de nuestro acercamiento a cada uno, de hacerles sentir que somos padres y AMIGOS, para ayudar a conocer lo bueno y lo malo, que no prefieran aprenderlo en la calle, que tú le des la enseñanza y cuanto mejor, basada en la PALABRA, que es sabia, viva y eficaz.